Los PAP no sustituyen lo que hacen las comunidades, sino que se suman a sus esfuerzos por transformarlas
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Los PAP no sustituyen lo que hacen las comunidades, sino que se suman a sus esfuerzos por transformarlas
Al cierre del periodo Otoño 2020, profesores y estudiantes de cinco Proyectos de Aplicación Profesional (PAP), relacionados con temas de incidencia y transformación social, se reunieron en un espacio virtual para reflexionar sobre las desigualdades y cómo éstas son entendidas y abordadas desde sus PAP
Yoana Rodríguez / Comunicación COINCIDE
Oficialmente en el ITESO terminaron las clases de un año que jamás olvidaremos. Después de nueve meses fuera del campus y la vida universitaria trasladada a la virtualidad son apremiantes los espacios de diálogo y reflexión del trabajo realizado hasta ahora y de cómo fortalecer los esfuerzos que se necesitarán a futuro.
La Coordinación de Programas de Incidencia Social (COINCIDE) abrió un momento con sus profesores y estudiantes de PAP para compartir sus reflexiones en torno a la desigualdad y sus diversas expresiones identificadas en los escenarios de acción. Fueron las alumnas y alumnos quienes principalmente nutrieron la conversación desde de sus experiencias vividas en los últimos meses.
"Los alumnos del ITESO llegamos con las mejores intenciones, con los muchos o pocos conocimientos profesionales adquiridos, pero la comunidad es su propio motor de cambio. Es la fuerza de la comunidad la que hace el verdadero cambio y a nosotros nos toca acompañar, poner las herramientas a su disposición y contribuir al trabajo que ellos ya hacen", expresó Xavier Orozco Gutiérrez, estudiante de Ingeniería Industrial.
Puntualmente los Proyectos de Aplicación Profesional que integra COINCIDE son "Procesos interculturales con comunidades indígenas", presente en la región del Gran Nayar, Sierra Mixe de Oaxaca y en la Sierra Tarahumara en Chihuahua; "Migración en Jalisco", en colaboración con las organizaciones FM4 Paso Libre y El Refugio Casa del Migrante; "Mejoramiento espacial de entornos de vida", en la colonia Polanquito al sudeste de la ciudad; "San Pedro Valencia: renovación urbana, saneamiento ambiental y emprendimientos turísticos", con presencia en los nueve poblados del Valle de Mazatepec y "Alternativas solidarias al mercado", perteneciente al Departamento de Economía, Administración y Mercadología del ITESO.
Durante la reunión se conversó sobre cómo observar y nombrar las desigualdades en sus diferentes expresiones ayuda a definir y delimitar las estrategias. A lo largo de la conversación se señalaron problemáticas compartidas por todos los proyectos, entre ellas, las desigualdades económicas, de género, raza, clase, de acceso a educación, espacios públicos e infraestrutura básica.
Si bien, todas éstas se hacen presentes en las comunidades, fue la brecha de género la más comentada e identificada por los estudiantes. "Nos tocó estar en escenarios donde no se toman en cuenta a las mujeres. Las conocimos en medio de un contexto que les exige ser amas de casa, maestras, mamás y trabajadoras", señaló Amira Peña Navarro, estudiante de Arquitectura y quien trabajó en el Valle de Mazatepec. Por otra parte, Rodrigo Rodríguez, profesor investigador miembro del Programa de Economía Solidaria, subrayó que la desigualdad de género requiere de respuestas más contundentes y enfocadas a resolverlas.
"Pensar que el trabajo de seis meses puede cambiar las condiciones de desigualdad es poco factible, sin embargo, es importante pensarnos dentro de un sistema más grande. El PAP es parte de una cadena de acciones que impactan y son parte del cambio", opinó Paula Martínez Valencia, estudiante de Relaciones Internacionales y adscrita al PAP de Migración.
Parte de esta reflexión dirigió el diálogo hacia cómo los proyectos abonan a la transformación social. "Los PAP no sustituyen lo que hacen las comunidades, sino que se suman a sus esfuerzos por transformarlas", se dijo. A pesar de ello, fue valioso reconocerse como parte de una apuesta más grande por hacer cambios y acortar las brechas. Para las y los jóvenes se trata de un proceso que inicia desde la sensibilización propia y de otros compañeros, en la generación de narrativas alternas a la marginación y en la colaboración con las organizaciones que lideran el cambio.
"Creo que uno de los aportes es ir a las comunidades, conversar con su gente y tratarlos como iguales. Escucharlos y entender sus situaciones de vidas es una manera de acortar las brechas de desigualdad. Son acciones muy simples pero que muy pocos tienen, o se dan, la oportunidad de hacer", compartió Sofía Gracián, alumna de Comercio y Negocios Globales.
El encuentro se desarrolló como un espacio de compartir ideas para interconectar acciones y miembros de los PAP, extender sus redes de colaboración e incidencias. Así como de reconocer que este no es un trabajo que inicia y concluye con el fin de semestre, por el contrario, son proyectos de largo aliento que invitan a seguir en contacto con las comunidades.
"Este es un aprendizaje de dos vías, lo que podemos aportar pero sobretodo lo que se puede aprendre. Una responsabilidad que no responde a ciclos, sino a procesos de vida y que nos toca aterrizar desde donde nos toque estar", concluyño Efraín Jiménez , Coordinador de COINCIDE.