Invitan a contrastar versiones sobre desaparecidos
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Invitan a contrastar versiones sobre desaparecidos
Profesores del ITESO reflexionaron sobre el papel de los medios y las redes sociales en torno a la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, a un año de este suceso.
Judith Morán
"En México nos estamos dando cuenta que los objetivos de la desaparición resultan en muchos casos aleatorios", afirmó Alina Peña-Iguarán, profesora del ITESO, durante su participación en la sesión de Aula Abierta "La herida en el paisaje".
Junto a ella estuvieron Afra Mejía, Víctor Hugo Ábrego y Darwin Franco, también profesores de esta universidad quienes a un año de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, abordaron el tema desde su área de especialidad en el marco de las Jornadas por Ayotzinapa en el ITESO, el martes 22 de septiembre en la explanada de la Biblioteca Dr. Jorge Villalobos Padilla, SJ.
Peña-Iguarán enlistó lo que llamó un "dolorosísimo almanaque": "Acteal, 22 de diciembre de 1997; Atenco, 3 de mayo de 2006; los 72 migrantes de San Fernando, agosto de 2010; los chiquitos de la guardería ABC, junio de 2009; Tlatlaya, 30 de junio de 2014; Ayotzinapa, 26 de septiembre de 2014; Ostula, 19 de julio de 2015, y el caso de las cinco personas en la colonia Narvarte. Asimismo, los feminicidios extendidos durante un largo periodo. Además, en el descubrimiento en el último año de, al menos, 35 fosas clandestinas en La Barca con al menos 67 cuerpos, más los 17 cuerpos de la fosa de Zapopan y los 16 cuerpos de las fosas de Tlajomulco".
Afirmó que el país está en una crisis humanitaria dentro de un régimen que justifica el enriquecimiento de pocos que extraen recursos por medio del despojo, el desalojo y la humillación de muchos.
"La muerte, la configuración de cadáveres y los territorios donde vivimos son administradas también por un poder difuso, es decir, una zona gris donde son indistinguibles las fronteras entre autoridades oficiales del estado, organizaciones para-legales, capitales trasnacionales, paramilitares, ejército, y esto es un poco lo que logró develar trágicamente Ayotzinapa", señaló.
La profesora de la materia "Análisis narrativo" del Departamento de Estudios Socioculturales (Deso) enfatizó que la desaparición es una "tecnología de los poderes" que busca acallar y que el movimiento de Ayotzinapa ha peleado contra el discurso oficial con relatos que construyen otra memoria con manifestaciones como los rostros de los normalistas hechos por artistas visuales, los bordados, las marchas o los foros. "Las memorias como relatos virulentos que contagian, que rompen la amnesia de la historia monumentalizada de los libros de texto".
La narrativa del horror
Afra Mejía, quien imparte la materia de "Cine documental", abordó la disputa por las imágenes del caso Ayotzinapa y tomó el ejemplo de la fotografía que dieron a conocer las autoridades de Julio César Mondragón, un normalista que murió en la matanza de Iguala.
"La narrativa del horror convierte a las víctimas en seres anónimos, sin rostro, sin nombre, sin historia, deshumanizados en estadísticas cada vez más normalizadas, que generan una sensación de lejanía de nuestra realidad", dijo, y mostró la fotografía que dieron a conocer familiares de Julio César. En ella, el normalista aparece en un área verde junto a su esposa y su hija de dos meses. "Esta imagen le regresó a Julio César su rostro, su identidad, su humanidad, su cercanía a cualquiera de nosotros y nos permite generar una empatía y despertar indignación por el final brutal que tuvo".
Víctor Hugo Ábrego, Darwin Franco, Afra Mejía y Alina Peña-Iguarán.
Contra la indiferencia
"Ahora con las redes sociales podemos disputar el sentido de lo real y no sólo creer lo que dicen los medios", dijo Víctor Hugo Ábrego, al invitar a los asistentes presenciales y virtuales de la sesión convocada por el colectivo #ITESOconAyotzinapa a usar de manera crítica estas herramientas tecnológicas.
El académico, que imparte el curso "Observatorio de redes sociales y mundo virtual", señaló que no se trata de hacer la revolución en la internet, sino de "aprender a consumir y producir información que cuestione a los medios tradicionales".
"Desde la tragedia de Ayotzinapa hemos aprendido a cuestionar en tiempo real las versiones que distintas autoridades han dado sobre el caso, hemos aprendido a hacer colectiva de manera cada vez más rápida la información que los medios de siempre no dan a conocer, hemos aprendido a ser cada vez menos simples espectadores", destacó.
El papel de la prensa
Darwin Franco, profesor y periodista, señaló que los resultados de la investigación del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos no sólo confirman que los estudiantes no fueron incinerados en el basurero de Cocula, como sostiene la PGR.
"La gran mayoría de los medios, a un año de la desaparición de los 43 normalistas, han cumplido un rol de intermediarios, pero no el de mediadores, porque lejos de buscar la participación de todos en esta historia que nos duele, se han dedicado a privilegiar una sola de las historias", apuntó.
El ganador del Premio Jalisco de Periodismo en 2014 en la categoría de "Prensa escrita", por un reportaje sobre desaparecidos en el estado, insistió en que la ciudadanía tiene el derecho de escuchar las voces involucradas en el caso y afirmó que los medios están fracasando en el ejercicio de que el periodismo sea una herramienta para la paz y la procuración de justicia.
"Investigo las desapariciones porque cada voz de ellos me faltan, nos faltan a los que estamos aquí, nos faltan 43 pero también nos faltan 26 mil (en México), nos faltan (en Jalisco) 3 mil, ellos también son nosotros", respondió a la pregunta de por qué trabaja en el tema de los desaparecidos.
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